El inodoro de compost es un fenómeno sorprendentemente simbólico, complejo, emocional y educativo. Los inodoros interrumpen ciclos naturales, contaminan el agua, consumen energía; Si el agua no se limpia, contamina los suelos, las vías fluviales y las aguas subterráneas. Los grupos sostenibles, en particular las comunidades de ecoaldeas, usan letrinas de compost para transformar su práctica cotidiana de liberar desechos humanos. Algunos son básicos y funcionales, otros son estéticos y un verdadero placer de usar.

Normalmente seco, los materiales orgánicos se mezclan con desechos humanos para ayudar a compost más rápido. Algunos baños de compost separan la orina y las heces. En estos baños, el proceso de compostaje es aún más fácil y limpio. Orina recogida separadamente se puede utilizar como fertilizante en el jardín, siendo una gran fuente de nitrógeno y fosfatos. Las heces compostadas pueden nutrir las plantas y aumentar la fertilidad del suelo. Los retretes de compost son, por lo tanto, una práctica ecológica que también afecta a las capas sociales y culturales.

 

Impacto sobre el individuo

La cultura del tocador es una de las prácticas diarias más individuales y normalmente “no para compartir”. Los inodoros comunes (ya sea compost o regulares) son un signo de la voluntad de compartir algo que normalmente está reservado para la esfera privada. La idea de construir y usar baños de compost puede provocar emociones y tensiones relacionadas con el estatus y la riqueza. Algunas personas pueden desaprobarlas debido a experiencias negativas (mal olor, incomodidad, etc.), miedo a gérmenes y contaminación, o falta de experiencia. En la mayoría de los casos, los retretes de compost abren un amplio campo de oportunidades para el crecimiento individual y grupal. Los individuos tienen que reevaluar sus propios principios e investigar hasta dónde están dispuestos a ir a cambiar sus patrones de comportamiento.

Intención que informa a la práctica

Construir un retrete de compost es un reto de diseño en una sociedad donde el WC es la norma. Al mismo tiempo, es un espacio relativamente pequeño donde se puede expresar una creatividad ilimitada. Un retrete de compost bien diseñado y funcional es una de las soluciones más ecológicas y elegantes para evitar el desperdicio de agua, reducir los gastos, producir fertilizantes excelentes, etc. Crear estilos de vida más saludables con soluciones sencillas como los baños secos demuestra una intención de establecer alternativas eficientes y soluciones sostenibles, valorando los residuos como un recurso y examinando las prácticas cotidianas por su huella ecológica; Actuando sobre ella. Además, las instalaciones sanitarias dan una impresión de primera mano del grupo a los visitantes. ¿Las instalaciones sanitarias son colectivas o individuales? ¿La comunidad tiene letrinas de compost? ¿Se les da atención y cuidado a las instalaciones sanitarias? ¿Se han pensado estos aspectos generalmente en el diseño general del lugar?

Si el retrete de compost es autoconstruido, este es un ejemplo de hacer realidad el sueño y el diseño. Se trata de hacer algo real y tangible juntos; Obtener y preparar materiales, sentar las bases, construir el armazón, los tronos, el techo, las paredes, y hacerla hermosa, desatando la creatividad en un esfuerzo comunitario. Una vez finalizada la construcción, es hora de celebrar, evaluar y cosechar los aprendizajes. Si se mira desde este ángulo, un retrete de compost es un buen ejercicio en el ciclo del proyecto Dragon Dreaming – soñar, planificar, hacer y celebrar. Así que para crecer como un grupo mientras se hace algo tangible, construir un baño seco juntos es una buena opción! Una vez construido, se pueden crear todas las estructuras necesarias para mantenerlo, procesar la orina y compostar las heces adecuadamente, utilizarlas en la agricultura y disfrutar de la cosecha.