Relaciones Externas y Redes

Según el pensamiento sistémico la vida es una red y la colaboración es su esencia.

Esta fascinante disciplina nos habla de relaciones e intercambios entre elementos complejos, sobre relaciones de los sistemas entre sí.

Un proyecto grupal es, como cualquier grupo humano, un sistema vivo y tiene una necesidad constante de comunicarse y evolucionar para adaptarse a las condiciones cambiantes. No sólo busca sobrevivir, sino también prosperar y beneficiar a sus miembros y al entorno circundante.

En la guía CLIPS estamos sugiriendo que el conocimiento desarrollado en “comunidades de cercanía” puede beneficiar muchos tipos de proyectos de grupo. Existe un “mito” sobre la vida en comunidad que queremos abordar aquí; La idea errónea es que los proyectos comunitarios intentan crear un “paraíso” privado, un oasis solo para ellos mismos, una burbuja aislada de la realidad cerrada y separada del mundo «real».

Lo cierto es que es justo lo contrario: las “comunidades de cercanía” son normalmente parte activa de una sociedad más amplia, y suelen llevar la voz de los derechos humanos, la sostenibilidad y la aspiración de un futuro mejor. Puede ser que sólo algunos de ellos formalmente ofrecen programas de formación al público en general, pero todos ellos proporcionan un ejemplo vivo de que una vida diferente no sólo es posible, sino que es accesible y necesaria. Esto es evidente gracias al trabajo perseverante de redes como la Red Global de Ecoaldeas (GEN).

Cada vez que un recién llegado trata de introducir algunos cambios, la comunidad local responde con escepticismo. Todos los nuevos proyectos de grupo tropiezan con este
tema cuando se presentan ideas innovadoras. Así pues, cómo crear relaciones positivas y mutuamente satisfactorias con el vecindario?: es una pregunta que muchos grupos se hacen . Cuando «el proyecto recién llegado al vecindario» da sus primeros pasos, sólo tiene que mirar a su alrededor. ¿Quién está ahí? ¿Quién ha estado allí mucho antes de que el grupo llegara o comenzó a ser activo? ¿De quién es el sentido de propiedad de la tierra, de las casas, de la cultura y las tradiciones locales? Comprar una propiedad y poner en marcha un proyecto no es suficiente para convertirse en el verdadero “propietario” desde la perspectiva de las costumbres locales y bio-regionales.

Los proyectos grupales , como los árboles y los bosques, necesitan echar raíces en el suelo e iniciar el ciclo de nutrición – crecimiento – intercambio – retorno, con el medio
ambiente circundante. Necesitan reconocer, aceptar y honrar a la comunidad que ya ha vivido en esa tierra: seres humanos, animales o plantas. Salid y estrechad las manos,
las patas acariciar las ramas. Es la nueva comunidad, como nuevo elemento, quien tiene la tarea de darse a conocer. Ser aceptado será el segundo paso.

Un lenguaje universal que todos entendemos y apreciamos es la celebración, así pues, crear ocasiones para socializar con actividades divertidas e invitar a los vecinos y vecinas, de la zona es sin duda un medio para conectar. Hacer esto incluso si el proyecto acaba de comenzar, asumiendo que habrá poca participación en un principio. Presentar la visión y misión del grupo, hablar de planes y proyectos, intercambiar ropas, semillas, alimentos, herramientas, etc. Esta es una manera efectiva de establecer relaciones con la comunidad local. Es la clave para crear una red de apoyo alrededor de un nuevo proyecto. Tiene una multitud de beneficios, muy pocas desventajas, y compensará.

Las relaciones más formales con los administradores locales, los políticos y las personas clave también son esenciales, por lo tanto, también es útil planificar eventos formales. Pero recuerda: la comunidad local, las personas cercanas al nuevo proyecto, se comunicarán con otros sobre el nuevo proyecto mucho antes de que el grupo se reúna y hable con el alcalde!

Cada persona llega con su recorrido y su experiencia, y trae las conexiones creadas a lo largo de su camino al proyecto grupal. La mayoría de las personas implicadas en este tipo de proyectos, pertenecen también a asociaciones, empresas, cooperativas de alimentos, redes de permacultura, etc. Estos contactos pueden ser un gran recurso para un proyecto recién iniciado. Mantener el flujo de información abierto, compartir el proceso que se esta desarrollando atraerá la atención y la energía de compañeras y activistas que pueden convertirse en red de apoyo alrededor de la iniciativa, aportando nuevas ideas y energía e incluso creando una “cantera” de nuevos miembros.

Tener en cuenta que la transparencia, la apertura y la inclusión no significan que cada proceso de grupo debe estar abierto y visible para cualquier persona. Trabajar en un
proyecto grupal implica muchos momentos privados. El equilibrio entre inclusión y exclusión es un arte que todos los grupos deben explorar, especialmente las comunidades donde las personas viven juntas, cuidando de la confidencialidad que  pertenece al mundo de lo personal.